Ya no eres el que fuiste, pues como a todos,
te tocó crecer. Sin perder tus referencias pasaste a ser un ejemplo, alguien en
quien se fijan.
Decides, opinas, discutes, afrontas, avanzas,
fallas, recapacitas, sonríes y un sinfín de actos más. La palabra hombre/mujer
es ahora tu adjetivo calificativo principal.
Diferencias la libertad del libertinaje a la
vez que afrontas con resignación los cargos de la madurez. Esa que 10 años
atrás quisiste alcanzar en 2 días y que una vez en ella no tienes prisas por
conseguir.
Atrás quedaron las tardes en el parque, las
conversaciones de besugo, las chuches, los dibujos animados, la infancia. Aun
así, ganaste buenas charlas, la tranquilidad del atardecer, la emoción de un
libro, el trasfondo de una canción, un papel donde escribir.
Recuerdos que te arrancan sonrisas, prisas
que son pensadas, detalles insignificantes, vivencias puras.
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